25 de marzo de 2010

Ultimo Capítulo de "Asesinato en el Ampurdan"



Ultimo Capítulo

Esa noche, después de mucho amor y mucha ternura, Juan me contó toda la historia.
La policía había detenido a Miguel acusado por el asesinato de Tatiana, Manuel García y Fernando Blanchar. Alejandra fue acusada de cómplice en la muerte de Tatiana. Ella pasará unos cuantos años en la cárcel, pero para Miguel su condena será de por vida.
Tenían pensado vender todas las posesiones en España y largarse a Brasil. En el registro que hicieron posteriormente en casa de Miguel, se encontraron copias de dos billetes de ida a Río de Janeiro. El dinero pensaba transferirlo poco a poco a través de sociedades fantasmas que él había creado hacia tiempo. Ya en vida de su mujer Tatiana, Miguel la había estafado y desviado dinero a cuentas a su nombre en las Islas Caimán.
Pero lo que más me importaba era lo que había sucedido desde que escapé de mi secuestrador.
Efectivamente, Pons oyó la conversación del móvil y por los datos que yo iba dando del restaurante de Cala Montjoi, supuso mi localización y empezaron a rastrear la zona. A Miguel lo detuvieron en el peaje de la autopista a Francia. Ni siquiera me había seguido cuando me tiré al mar. Al no verme salir a la superficie, me creyó muerta y se fue tan tranquilo. Empujó mi coche con la puerta abierta, y lo despeñó al mar. La policía creería que yo habría salido disparada del coche y me había matado, víctima del alcohol ingerido.
El llamó por su móvil a Alejandra, que le estaba esperando en un bar de Rosas con su coche,  le recogió y partieron los dos rumbo a Francia. De allí pensaban viajar a Río de Janeiro.
¡Que poco se imaginaba Miguel que mi móvil había dado la alerta a la policía. Además, Javier, el policía a quien Miguel había golpeado en Palafrugell cuando me escoltaba, había descrito a mi secuestrador.
La policía, los Mossos y Pons se pasaron toda la noche buscándome por la zona. Al día siguiente, cuando me encontraron, iban a empezar en barco la busqueda por las calas inaccesibles de los alrededores.
Pero Pons me encontró antes.
Miguel no dio su brazo a torcer y ni se inmutó cuando le apresaron. Me creyó muerta al verme saltar. Jugó siempre con la baza de no estar en el lugar del crimen en el momento de la muerte de Tatiana y negó que fuera el quien administrara en veneno a su mujer. Pero Alejandra, mucho más débil que él, lo confesó todo.
Alejandra sabía hacia tiempo que era la hija natural de Tatiana. Un día, fisgoneando en los cajones de la mesa de trabajo de su madre adoptiva, encontró los documentos de adopción. Tatiana Farreras era un personaje relativamente conocido entre la jet set y las revistas del corazón, por lo que Alejandra calculó su jugada. Se haría íntima amiga de Tatiana, sin decir nunca que era su hija y encontrar en algún momento la manera de vengarse de la mujer que la había abandonado. Tatiana había renunciado a ella quedando embarazada de algún desconocido y no quiso perder su vida egoísta de lujos y viajes, por un bebé sin padre y con el consabido estigma social.
Influenciada por Miguel, no quiso esperar a que su madre fuera vieja y tramó su venganza. La muerte era lo mejor que le podía pasar a aquella mala madre. Además ella sería inmensamente rica. Alejandra sacó el veneno de la habitación y ayudó a Miguel en su huida después de mi teórica muerte por el acantilado. Además, la noche de la muerte de Tatiana, la pasó en la cama con Blanchar que lo utilizó como coartada.
Pero las cosas les salieron mal. Ellos no contaron primero, que Diego entrase en la habitación con Miguel y después que nos diéramos cuenta de las botellas azules que luego desaparecieron. Además, el chantaje de García y el descubrimiento de toda la trama por parte de Blanchar, les abocó a absurdos y sospechosos asesinatos.
Esa terrible experiencia vivida, hizo que en vez de querer volver a mi vida tranquila y sencilla de trabajo en el hotel, renaciera en mí mi antigua vocación de detective. Me gustaba aquel rumbo que adquiría mi existencia. Le  iba a proponer a Pons formar equipo. El como policía y yo como su ayudante en la sombra. Seguro que me decía que no, pero aún no sabe lo tozuda que puedo llegar a ser.
Juan Pons estuvo una semana de vacaciones después del caso de Tatiana. “Asesinato en el Ampurdan” lo titularon todos los medios de comunicación. Ahora, sin prometernos amor eterno, formamos una pareja bien avenida. El trabaja en Barcelona y casi todos los fines de semana viene a verme. Cuando no hay trabajo, soy yo la que viajo a Barcelona y estoy con él. Tenemos una relación perfecta, cada uno es su casa y Dios en la de todos, como dice el dicho. Mi vida gracias a él se ha enriquecido, ya que tengo alguien más a quien amar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails